miércoles, 10 de noviembre de 2010

REGALOS INESPERADOS

Esta tarde he leído mi correo y me he encontrado regalos, más emocionantes porque han sido totalmente inesperados. Uno era un archivo adjunto de esos fantásticos que combina música de Serrat y cuadros de Sorolla. Está claro: me gustan ambos. Serrat para mí es como alguien de mi familia, alguien que yo oía en casa desde pequeña y desde siempre me ha emocionado. Para mí suena tan cálido que es como ese sillón cómodo que todos tenemos y en el que nos sentimos descansados, arropados y hasta consolados de puro familiar que nos resulta.
Sorolla es la luz, pero la Luz con mayúscula, la luz del Mediterráneo, del mar en general y de la vida cuando una está contenta, con espíritu de fiesta y parece que no va a haber nunca una nube que nos quite esa sensación de tranquila alegría. En mi modesta opinión, nadie ha captado esa luz transparente y mediterránea como él. No puedo dejar de sentir que me inunda la tranquilidad cada vez que miro un cuadro suyo...
Otro regalo que me ha emocionado aún más es un cuento de una amiga. Es sencillo, bonito, tierno, sincero... pero lo mejor es que supone que ella está cumpliendo uno de sus sueños y eso lo tenía que contar en este blog dedicado a los sueños en todas sus formas.
Por si vienen días en que no tenga tantos regalos, quiero dejar aquí constancia de los de hoy y desearos que tengáis muchos días de regalos...

2 comentarios:

Mendieta Quintana dijo...

Yo nunca doy o tiro un regalo... mientras no pueda embotellar lo que siento cuando los miro, tendré las vitrinas y los cajones llenos.
Besos con regalo.

Anónimo dijo...

Sería tan interesante poder embotellarlo. Si fuera inventora, inventaría algo así.
Besos de regalo, de los que espero que gusten